lunes, 16 de mayo de 2016

Fairy Tale

¿Alguna vez te has visto en la dicotomia de lo que puedes creer y de lo que te gustaría creer? ¿Te has situado en el precipicio de la realidad y pensado que, si te dejas caer, será muerte segura o bien todo lo contrario, que por fin levantarás el vuelo?

Como en uno de esos maravillosos cuentos de hadas donde seres sobrenaturales y feericos describen círculos, mariposas y hasta tirabuzones mortales en su descenso.

¿Alguna vez no has sabido qué hacer? ¿Te has sentido tan insignificante como uno de los habitantes de Lilliput? ¿Has dudado entre pasar desapercibido en un lugar tan bucólico como Hobbiton, esconderte en el armario dirección Narnia o irte despacio, casi de puntillas, para no regresar nunca jamás? ¿Te has dado cuenta de que incluso el País de las Maravillas estaba lleno de perfectas imperfecciones?

En fin, que tras tantos interrogantes creo que lo mejor es que seamos escritores de nuestro propio cuento, así que renegaré de mis dioses menores y me decantaré por ir a Hogsmeade a endulzarme el día con cerveza de mantequilla que me trae recuerdos de tiempos mejores. Pero si algo está es que claro la vida de un segundo a otro puede pasar de un game over a un ready player one porque la rueda del tiempo nunca deja de girar.

jueves, 12 de mayo de 2016

lunes, 15 de febrero de 2016

Que te amo.

Así, sin peros ni condiciones y con un punto al final.

Que sé que por fin he encontrado mi persona, esa con la que realmente deseo pasar cada uno de los días de mi vida. Que ya no me siento como la pieza perdida de un puzle que pensaba que jamás podría completar. Y que sí, que había encajado antes, pero a la fuerza y dejándome las esquinas. Pero es que te iba conociendo y veía que esta vez los bordes del cartón seguían intactos y que la delgada línea que en un principio nos separaba se iba fundiendo con la imagen que formábamos.

Esto debe de ser la felicidad ^^

martes, 9 de junio de 2015

De cuando te das cuenta de que eres tu propio Wonderwall

Choosing means losing. O eso es lo que se dice. 

Siempre con la expectativa de que lo que puedes ganar será mejor que lo perdido. Siempre con la duda de si los aspectos buenos de lo perdido no serán un equipaje demasiado pesado para tu nueva mochila. 

Y entonces ves que algunas cosas, por mucho que pase el tiempo, nunca cambian. Se transforman, sí, pero están ahí, latentes y esperando su oportunidad. Y que te digan lo que quieran, que las palabras se las lleva el viento. Y que te miren a los ojos, que en el fondo piensan otra cosa. Y que te escriban cartas y te manden flores, que ya se borrará la tinta y se marchitarán los pétalos. 

Pero sin que jueguen contigo.

Que en este caso choosing means winning, pero sin dudarlo. Que no llevo mochila; llevo un bolso de mano con la cremallera abierta por si se siguen cayendo cosas por el camino. 

Que mi wonderwall, después de todo, soy yo.







De fondo suena: Wonderwall de Oasis

Wonderwall

miércoles, 27 de mayo de 2015

Acaba conmigo

Me apuntas con tu mirada desafiante, poderosa, vil. Pero ya no le tengo miedo a nada. 

Así que vamos, dispárame. Dispárame justo aquí, en el centro. A bocajarro. 

Tal vez yo tenga 7 vidas, como los gatos, y vuelva a levantarme. 

Dispárame. Me siento como el bufón que se viste de negro y se ríe de las madrugadas eternas. Y será por eso que en este momento me creo capaz de todo. De todo. 

Dispárame. Aquí. Sí, aprieta el gatillo. No esperes más. No lo dudes. Haz que mi corazón explote en mil pedazos y lo salpique todo como la lluvia de una tarde furiosa. 

Dispárame, adelante, acaba conmigo. Prefiero eso a que me olvides o te marches de mi lado.

-El bufón de la risa suicida me dejó una vez esta nota sobre la mesa antes de huir por la ventana y jamás regresar-

jueves, 30 de abril de 2015

Cincuenta y seis



Cuando estás cerca de mí, te miro y creo empezar a conocerte.

Son esos momentos en los que me devuelves la mirada, sonríes y me preguntas qué pasa.

Y otras veces, de repente y sin venir a cuento, me sorprendes con una palabra nueva, una vivencia desconocida o una reacción desconcertante y pienso...

Que, muchas veces, eres dulce como las fresas cubiertas de chocolate. Esas que al masticarlas te hacen sentir su jugosa textura en el paladar y suavizan la garganta cuando tragas.

Que, otras, eres ácido como el limón que aporta la chispa de la Coca-Cola. Y ahí es cuando pruebo las contestaciones ingeniosas -e incluso las bordes-. Esas que, más pronto que tarde y como por alquimia, acaban por transmutarse en una sonrisa.

Que, en lo que respecta al picante, no podía pedir especia mejor para condimentar mis platos.

Y que, como tu lado amargo aún lo he probado,  sólo puedo imaginar que será ese sabor, a veces tan necesario, que nos hace ser conscientes de que la vida viste otro color distinto al rosa.

Con esto solo intento decir que hoy hace cincuenta y seis días desde que todo en mi vida sabe mucho mejor.